Buenas noches, mis niñ@s!! Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que escribí una entrada en este desolado rinconcito... Y en todo este tiempo han pasado muchísimas cosas en mi vida que creo que no cabrían en un solo post... Cambio de trabajo, cambio de aires, cambio de vida, cambio de todo...Lo único que no ha cambiado es que tenía este blog abandonado... ya debe ser la costumbre... Voy y vengo cuando me acuerdo, y si es que me acuerdo de él... Quizás ya no hay inspiración ni siquiera para escribir unas palabritas en este rincón... o quizás es saber el hecho de que ya nadie lo visita (con toda la razón del mundo... ¡No lo visita ni su creadora!).
Pero quería escribirles para ponerles un artículo que leí esta mañana, tumbada en una hamaca y al frescor de la sombra de una palmera (no es por dar envidia... bueno, un poco sí), porque me tocó profundamente... Es más, pareciera que esa persona que escribió ese artículo estuviese metida en mi cabeza y explicase con sus palabras lo que yo también sentía... No lo transcribiré entero, sólo haré mención de lo que me ha calado hondo...
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Es un trocito de artículo de la revista "Elle" de Septiembre, que justamente me encontré en la habitación del hotel... El artículo en cuestión está escrito por Elvira Lindo, una escritora que vive a caballo entre Madrid y Nueva York:
"...Este curso me han pasado cosas buenas y dignas de provocar alegría: no he perdido ningún amigo. Hay años negros en los que por malentendidos o porque una amistad no era tan sólida como nosotros creíamos renunciamos a compañías que fueron cercanas. Eso siempre produce amargura, pero aún así, con el tiempo he ido haciéndome a la idea de que hay amistades que llevan escrito desde el principio, aunque éste sea luminoso, su fecha de caducidad.
Pero este año eso no ha ocurrido: ahí están mis amigos. No sé si ellos me querrán tanto como yo aprecio su presencia en mi vida. Eso no depende de mí. Saben que a veces soy sociable y otras huidiza y me permiten esas idas y venidas. Son necesarias para mí: a los grandes amigos no se les puede ver todos los días para cuidar, con todo el mimo posible, eso tan delicado que es la amistad. Pero es que aún hay más: este año he hecho amigos nuevos...
...Este año he conocido a personas que ya son muy queridas para mí. No necesitan ningún certificado de antigüedad para irrumpir en mi corazón con todo el derecho...
...La amistad es un flechazo a primera vista..."
Ahí queda eso...
"...Este curso me han pasado cosas buenas y dignas de provocar alegría: no he perdido ningún amigo. Hay años negros en los que por malentendidos o porque una amistad no era tan sólida como nosotros creíamos renunciamos a compañías que fueron cercanas. Eso siempre produce amargura, pero aún así, con el tiempo he ido haciéndome a la idea de que hay amistades que llevan escrito desde el principio, aunque éste sea luminoso, su fecha de caducidad.
Pero este año eso no ha ocurrido: ahí están mis amigos. No sé si ellos me querrán tanto como yo aprecio su presencia en mi vida. Eso no depende de mí. Saben que a veces soy sociable y otras huidiza y me permiten esas idas y venidas. Son necesarias para mí: a los grandes amigos no se les puede ver todos los días para cuidar, con todo el mimo posible, eso tan delicado que es la amistad. Pero es que aún hay más: este año he hecho amigos nuevos...
...Este año he conocido a personas que ya son muy queridas para mí. No necesitan ningún certificado de antigüedad para irrumpir en mi corazón con todo el derecho...
...La amistad es un flechazo a primera vista..."
Ahí queda eso...
